Cualquier persona sensata que conozca el tipo de entrenamiento que propone crossfit, no tendría ningún tipo de dudas al respecto de esta afirmación, sería una completa exageración. Hay de hecho, en este enlace  una serie de razones por las cuales podría ser una más que mala idea ya no solo meter a nuestra querida abuela en un box de crossfit, sino a nosotros mismos. También lo pensaréis para programas con enfermos de corazón, sin embargo, un estudio hecho por noruegos en 2014 ha demostrado que el ejercicio físico intenso hace incrementar por igual la presión arterial que el ejercicio moderado, obteniendo mayores beneficios para el paciente el ejercicio intenso que el moderado. Ojo que este estudio se hizo con un cicloergómetro (bicicleta estática) y estaba controlado y supervisado con un equipo multidisciplinar de médicos y entrenadores, no dentro de un box haciendo cargadas, burpees y anillas por ejemplo.

Lo que si se pude hacer y muy recomendable es adaptar el tipo de entrenamiento que propone crossfit para que determinadas poblaciones, como pueden ser nuestros mayores, puedan hacerlo con seguridad y en beneficio siempre de su salud, no en contra. Hasta hace relativamente poco, la comunidad médica aconsejaba a nuestros mayores que caminasen a diario para que el nivel de azúcar en sangre estuviera a niveles saludables y tener una mínima capacidad aeróbica para hacer frente enfermedades del corazón. No obstante, como ya hemos visto con anterioridad, este estímulo es insuficiente para estar totalmente sanos, sobretodo para combatir la sarcopenia que en personas de avanzada edad hace que prácticamente a la larga sino se estimula lo necesario, se pierda gran parte de la fuerza. La única forma que tenemos de combatir la sarcopenia es con el entrenamiento de fuerza. La NSCA para estas poblaciones recomienda programas de entrenamiento con cargas de un mínimo de dos veces por semana de intensidad moderada a alta, siendo los niveles más aconsejados en relación beneficio/riesgo de lesión las cargas en porcentaje desde el 65% al 80% de su 1RM. Las cargas mayores podrían incidir según ellos, en incrementar el riesgo de lesiones. El aumento de la presión arterial con cargas altas también se preveía que estuviese en niveles poco saludables. Este último punto ha sido rebatido por el estudio de los noruegos, que ha demostrado ser la misma, por lo que podríamos proponer cargas algo más altas, siempre y cuando no pongamos en riesgo su salud y no se pierda la técnica de ejercicio.

Bajo estas premisas, Fénix Pro Trainers propone un programa de entrenamiento llamado MMS (Mayores Muy Sanos) donde recoge estas ideas y las da personalidad.

Bibliografía

Earle, R. y Baechle, T. (2008). Manual NSCA. Fundamentos del entrenamiento personal. Paidotribo, Badalona. 568 -570

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